ASSANGE. CUANDO NOS CONVIENE

Tiene su versión local y el reverso foráneo. “Sicario”, “mercenario”, afirman por estas pampas y clausuran cualquier discusión. Hay otros que optan por el “periodismo militante”, en un como si de argumentación que no hace más que disfrazar de elegancia algo que no es otra cosa que insulto. “Fascista”, escribe desde un diario centenario otro que se dice pluma eximia pero que no es más que la versión humana del cavernícola portazo.

Nunca aparecerá el término “profesional”. Ese, se lo guardan bajo siete llaves para ellos, para sus socios, para sus aliados o para sus conveniencias. Y lo van sacando del encierro según lo van necesitando. Porque tienen su versión local y el reverso foráneo.

Le decían experto en comunicación. No era ni hacker, ni delincuente. Era un diestro especialista en obtener información secreta y a veces, hasta le prestaban las charreteras con brillo, lustre y todo: “periodista” habían, algunos, bautizado al forastero.

Claro, corrían aquellos tiempos en los cuales a su mercancía de ocasión, la definían como “cables diplomáticos”, porque les servía como excusa inigualable para titular: “Grave acusación de Estados Unidos por la corrupción en el país”, “Para Estados Unidos, los Kirchner eludieron el combate contra la corrupción”, Argentina posee un “sistema judicial frágil, un débil y castrado marco institucional y una enorme impunidad de quienes delinquen”.
Y hablaban. Y se regodeaban. Y se retroalimentaban. Y les encantaba el sonido de su propia voz. Todo un verano bailaron al ritmo de la melodía Wikileaks. Porque no eran “consideraciones generales”. No, no. Se trataba de “reportes” de tremenda credibilidad. Y hablaban. Y se regodeaban. Y se retroalimentaban.

Y podían celebrar que otro había dicho lo que ellos habían dicho y que querían volver a decir. 2200 cablecitos con la música más maravillosa para esos oídos ávidos de insultos: “los Kirchner son paranoicos del poder”, “ácidos”, “impermeables al consejo ajeno” e “ineptos en política exterior”. El estilo K es “errático y caracterizado por la tensión extrema en el corto plazo”. “Néstor Kirchner tiene dos caras”, “Kirchner no es un genio perverso, es sólo un perverso”.
Y Hillary.

Y hablaban. Y se regodeaban. Y se retroalimentaban.
Y Hillary que se preguntaba““¿Cómo controla Cristina Fernández sus nervios y ansiedad? ¿Toma alguna medicación? ¿En qué circunstancias controla ella mejor el estrés?”. “Y la enfermedad gastrointestinal del ex presidente? ¿Está tomando medicamentos? ¿Demuestra una tendencia mayor a oscilar entre extremos emocionales? ¿Cuáles son los principales disparadores de sus enojos?, ¿es por cu colon irritable que su personalidad rígida tiene tendencias obsesivo compulsivas y es por esto mismo que Kirchner no pone atención en las ceremonias protocolares
excesivamente largas”.

e]b]Y hablaban. Y se regodeaban. Y se retroalimentaban. Y tiraban papelitos porque alguien de muy, muy arriba, decía que Cristina no terminaba el mandato, que Néstor no sabía nada de economía. Y como si no alcanzara con tanto para tanta felicidad, se rubricaba con el sello de las águilas que el susto por la posible sanción de una la ley de medios audiovisuales había pasado. Tapas, páginas, columnas y análisis. Y mucha celebración: Julianne Assange era el personaje de moda y nuestra Argentina bailó a su ritmo mientras los utilizadores así lo necesitaron. Ríos de tinta; miles y miles de chismes y comentarios azotaron y asolaron la agenda local. Un empalagoso copiar y pegar pero nada menos que del New York Times, El País, Le Monde, The Guardian y Der Spiegel.

Hasta que la burbuja explotó y el canoso australiano quiso hacerse el anarquista. Se pasó de la raya y cruzó la barrera que el Departamento de Estado, el foreign Office, Frau Merkel, la moral, las buenas costumbres, el decoro, y todo el stablishment habían considerado simpática y conveniente.

Ahora el sablazo cayó sobre él, sobre el traidor a su clase. La guillotina jacobina devenida comportamiento multilateral hizo lo que sabe: lo reubicó en su nuevo lugar de delincuente y de amenaza internacional. “Terrorista high tech”, le lanzó el vicepresidente de los Estados Unidos. [b]Y entonces fue advertido: le quedó claro que apenas saque una uña por fuera de indigna embajada que lo cobija, lo tomarán de las pestañas y le harán saber qué hace el mundo dominante con los que se le animan.
Se acabó la diversión. Fin del divertimento. El festín dejó los restos. Y ya no hablan. Y ya no se regodean. Y ya no se retroalimentan. Ni los locales, ni los foráneos. Se terminó la celebración. Y ahí está la basura y la verdad desprolija. Pestilente y desagradable; brutal y sin remedio.

Habían apuntado a América Latina para llenarla de mugre e inmundicia. Pero los despojos y desechos que ellos mismos produjeron están volviendo al lugar de origen

Politica // Opinión
La versión local y la foránea
Mariana Moyano // Lunes 27 de agosto de 2012 | 17:18

Diario Registrado

Todos los pueblos, y absolutamente todos, tienen sus dos extremos, los absolutistas que solo van por el poder/dinero y que todo siga igual, y los que quieren un mundo mejor no solo como utopía, sino con datos y sucesos actuales, verificables y posibles.
Y si lo de Assange fue una movida netamente norteamericana para parar ese movimiento de capitales que adquirió vida propia?
Mira si consideraran a todos los argentinos según menen o carrio?
Tengo por costumbre intentar pensar en opuestos a la vez, desde que descubrí que duda no es inseguridad.
El imperialismo yanqui/europeo tiene a sus mas bravos enemigos en sus propios pueblos.
Y hacen sus revoluciones, pasa que a veces son de formas por nosotros no comprendidas.
Obama fue un acto revolucionario, y como va a ganar de nuevo la revolución continua.
Norteamerica va a terminar incorporándose a América en un pie de igualdad, y eso lo lograran las bases.
En Europa el cambio sera mas difícil, pero sera. Pasa que desde hace tantos siglos que respiran ese aire de orden del gallinero, que ni se dan cuenta que se mueven dentro de ese sistema.
Vayamos a cosas lindas:
Parte del éxito del cine italiano, no solo fue por cine/verdad, sino por también la búsqueda de caras difíciles, donde solamente el rostro era una historia dentro de la historia.
Recuerdo que por Caseros solían pasar dos pibes, hermanitos, donde el rostro de ellos era "inimaginable", Descendientes de esos italianos que bajaron a cadenazos en el lomo para que emigren. Tenían lo que tienen todos los rostros, pero la nulidad, la necedad que llevaban puesta, aun con cierto aire de gentileza al prójimo, casi inocencia..., eran demasiado especiales sin ser deficientes, solo brutalidad transmitida por siglos.
No digo de rostros inconclusos y luego terminados por la geometría de los genes, digo de rostros muy diferentes, ya terminados, completos en su función con relación al espíritu que alberga.
Si se pusieran en una película media docena de esos rostros, por muy bueno que sea el guion, seria algo secundario.
Ademas, es verdad que el cine enseña de forma subliminal y divertida o entretenida, porque uno allí expresa sus ideales en todas sus formas, tal como fue, como debería haber sido, busca intensiones solapadas en y de la historia, y le pone alternativas, que es modificar el pasado.
Y luego las utopías del futuro, y en todo esto si se desea que quede interesante, hay que ponerle sesgos de humor, por mas dramático que sea el asunto.
En la vida privada de cada individuo, el humor es tan importante o mas que cualquier medicina o terapia ¿O acaso queda alguien que alguna vez siquiera haya pensado que la vida es una broma?

Hay comicidad en todos lados, hay que saber verlas.
Desde hace décadas que escucho que el capitalino para votar es muy jodido, por esto y por aquello y por etc.
Y lo evidente es tan obviamente estúpido, que pasa desapercibido...
EL CAPITALINO ES CHOLULO.
Y como tal, hoy idolatra acá y mañana idolatra haya; vota a la moda.
Cualquiera que llegue a la fama a través del cholulismo, son los mas rápidos en caer y sin dejar historia.
A los cholulos les gusta ser espectador y críticos, o participan ni rozando, le rayan al compromiso tanto externo como interno, como babosas a la sal. Y no digo al sol porque les encanta la lumbrera.
Esto del polo para películas gran revolución es.