Memoria por Kosteki y Santillan

El escenario de la represión que llevaron a cabo las fuerzas de seguridad en manos del gobierno nacional entonces a cargo de Eduardo Duhalde y del provincial cuando lo encabezaba Felipe Solá, fue el lugar donde se recordó a los dos jóvenes mártires...
..."Seguimos reclamando juicio y castigo a los responsables políticos de la Masacre, entre ellos al hoy candidato a Presidente Eduardo Duhalde", señalaron desde el Frente.
http://www.elargentino.com/nota-145742-A-9-anos-de-los-crimenes-que-Duhalde-y-Clarin-quisieron-tapar.html

Rodolfo González Arzac Diálogo con leonardo santillán
“Estos chicos que juegan a ser piqueteros son los que van a luchar mañana”

Publicado el 26 de Junio de 2011
Por Rodolfo González Arzac
Cuando el duelo por la muerte de su hermano se lo permitió continuó con su sueño, el de levantar una bloquera que da trabajo a la gente.

La historia de Leonardo Santillán es la de un adolescente algo descarriado. Que dejó la escuela en séptimo grado. Que anduvo rebelde, un poco vago. Que durante años tuvo un hermano mayor que lo quiso rescatar. Un hermano que primero le prestó sus libros, después lo invitó a participar de su militancia y más tarde lo convenció de instalarse con él en La Fe, un asentamiento en Monte Chingolo. En eso andaban, caminando juntos, cuando Leo, el 26 de mayo de 2002, en la retirada de la marcha al Puente Pueyrredón, se metió en la estación Avellaneda, lo vio a su hermano tomándole el pulso a Maximiliano Kosteki y escuchó que le pedía que llevara a su novia, Claudia, a la casa. Leo cumplió: antes de llegar a la calle recibió tres balazos de goma. Al rato, supo que a Darío lo habían fusilado.

–Cuando Darío militaba en el secundario me pasaba algunos libros para que lea. Por ahí del Che Guevara o de la Revolución Cubana. Pero yo no iba más allá. Después me acerqué a alguna que otra actividad, pero sin compromiso. Yo me enganché en una de las primeras asambleas del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Almirante Brown, allá por el año 2000, porque Darío me dijo que vaya que iban a venir los del Partido Comunista a plantear cosas que no queríamos. Y después aprendí cosas de seguridad para estar en los piquetes. Tenía las vivencias del barrio, el rechazo a la autoridad, pero no mucho más. No tenía tantas convicciones. Eso vino con el tiempo.

Cuando Darío murió, Leo perdió a su hermano. Pero también a su guía. La contención. Tenía 18 años. El golpe no lo paralizó. Estuvo en cada calle, con los piquetes y marchas que pedían cárcel para los autores materiales y para los responsables políticos de la masacre. Y cuando el duelo y el largo trámite judicial le dieron un respiro, se instaló en un lote de La Fe y retomó lo que Darío había iniciado: la bloquera de cemento. Para dar trabajo, para no tener patrón, para construir. Desde hace unos años, el emprendimiento funciona en Roca Negra, el predio de una fábrica abandonada sobre el Camino General Belgrano que sirve de sede del Frente Popular Darío Santillán y del MTD de Lanús.

–Falta para que sea una fábrica como aspiramos. Pero sí es un orgullo. Tengo una foto de Darío en la que él está mirando los bloques, aprendiendo a hacerlos, viendo cómo viene la mano, cómo era la vuelta, cómo se secaba y todo. Para mí representa mucho la bloquera. Hoy estamos subsistiendo tres compañeros. Y hoy también entiendo lo que significa, lo liberador que puede ser.

El galpón es grande. En la pared hay una frase del Che que repetía Darío: “Sentir como propia cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.” Dice Leo que los bloques cada vez salen mejor. Ahora son todos del mismo color, con la misma humedad y ya no se descascaran. La máquina con la que trabajan es, comparada con otras, artesanal. Pero los siete años de experiencia les enseñaron mucho. De siete de la mañana a tres de la tarde, cada día, se apilan 500 ladrillos de cemento. La cooperativa forma parte del plan Argentina Trabaja y cada uno de los obreros se lleva a su casa unos 2300 pesos, entre el subsidio del Estado y las ventas a clientes particulares. Proyectos no faltan: otra máquina para aumentar la producción y la mano de obra, y la elaboración de bloques portantes: un salto.

–Yo pienso de muchas maneras en él. Son pensamientos al pasar. A veces, cuando lo veo a mi hijo, que se llama Darío Alberto, como él, y lo veo cantar, me acuerdo que que cuando mi hermano me trataba de enganchar con la militancia me decía: estos chicos que cantan y se tapan la cara, que juegan a ser piqueteros, son los chicos que van a luchar mañana y van a ser mejor que nosotros. Como que esto no era una cosa de un día para el otro. Y me doy cuenta de la razón que tenía en una cuestión muy profunda.

Leo asumió el legado. Está a la vista. Vive en uno de los lotes del barrio La Fe que Darío ayudó a tomar. La bloquera de cemento está en marcha. El MTD de Lanús, en el militó Darío, en el que milita Leo, mantiene cuatro centros comunitarios, una panadería, una herrería, un taller de serigrafía, un bachillerato popular y dos cooperativas, e integra el Frente Popular Darío Santillán, una red de organizaciones ajena a las estructuras partidarias que construyen poder en busca de un cambio social.

–Con los compañeros vamos creando nuestro propio camino. Hemos conseguido cosas por nuestras propias convicciones, por salir a luchar, por no transar. Dice Leo, que ayer volvió a la estación Avellaneda, que por la noche participó de una marcha con antorchas, y que en la mañana de hoy, otra vez, como hace nueve años, en el Puente Pueyrredón recordará a Darío. Y pedirá que, alguna vez, Eduardo Duhalde pague tanta muerte. <

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